martes, 27 de mayo de 2014

Paseando voy, paseando vengo

Un día cualquiera la Cachorrina y yo decidimos salir a dar uno de nuestros paseos diarios, uno de esos tranquilos, al sol, respirando aire puro; de esos que te llevan toda la tarde para que te dé tiempo a pasear por el parque, ir a los columpios a jugar con la peque, llegar hasta el centro, sacar algún libro de la biblioteca, y después dar un repaso de escaparate en escaparate a las nuevas colecciones del imperio Amancio (que para eso una lleva años poniendo su granito de arena para que el Señor Ortega se mantenga en el Top 3 de Forbes año tras año), para terminar disfrutando de la brisa marina por el puerto, volviendo a casa disfrutando con la peque persiguiendo palomas o viendo guau-guaus

Y sale una por la puerta sonriendo y cantando la canción obligada para que la Cachorrina se deje atar a la silla "Vamos de paseeeeo, Nere y mami van de paseeeeo"... No sin antes dar 25 vueltas de comprobación de que lo llevamos todo : merienda, sí; babero, sí, juguetes, sí; mantita por si refresca, sí; plástico por si llueve, sí; sombrilla para el sol, sí; un par de galletas por si las moscas, no, -voy a por ellas-, galletas, sí; crema para el sol, sí -previamente la tengo que untar en casa-; cambiador, sí, con sus pañales, no -tengo que reponer, ya está, pañales, sí; toallitas, sí; crema para el culín, sí; muda limpia para las catástrofes naturales, sí; qué más... cartera, móvil, llaves de casa, la nena... Creo que ya está todo. Salimos!! "Vamos de paseeeeo, Nere y mami van de paseeeeo"...

Llegamos a la calle cantando, felices y contentas y nos disponemos a ir al parque pero no llevamos recorridos ni diez metros cuando la Cachorrina, en pleno apogeo de su descubrimiento de la ley de la gravedad, tira el chupete al suelo con tan buena suerte que lo atropello con la silla (mier...!), no pasa nada, seguimos cantando y saco el chupete de repuesto... no, se nos quedó la chupetera en casa, tenemos que volver. Volvemos a por la chupetera con los chupetes de repuesto, aprovecho para cambiarle el agua del biberón. Ya estamos, salimos de nuevo, cantando, felices y contentas: Ahora sí que sí,  "Vamos de paseeeeo, Nere y mami van de paseeeeo"... Ya se nos ha ido media hora y seguimos en el portal, pero cantando, felices y contentas. Yo canto, la Cachorrina ríe y muerde su móvil de Minnie Mouse.

Conseguimos avanzar 50 metros en dirección al parque, el móvil de Minnie Mouse sale volando, recogemos el móvil y cambiamos de juguete, qué tal las llaves de colores. Dice que no con la cabeza y se pone tiesa modo "yo eso no lo toco ni con un palo", vaaale, llaves no, qué tal animal inquietante de colores, nones; vaaaaaaale, qué tal maraca-sonajero, sonríe (bien!). Se queda con el sonajero y avanzamos. Treinta metros más allá, sale volando el sonajero que cae en el único charco disponible (un charco, en una ciudad en la que no ha llovido en el último mes y medio). Genial, se acabó la maraca. Volvemos con la ronda de juguetes. y empezamos con el juego de coger y tirar, coger y tirar, mami recoge, Nerea tira de nuevo y así en un bucle infernal. De acuerdo. Me planto. No hay más juguetes. Mira qué bien, un guauguau. Da palmadas y grititos emocionada así que nos quedamos viendo al guauguau. El guauguau se va con sus necesidades a otra parte, así que nuevamente avanzamos -"Vamos de paseeeeo, Nere y mami van de paseeeeo"...-. Cuando estamos consiguiendo acercarnos al parque me parece que va extrañamente silenciosa... algo trama... Hemos perdido un zapato y ya se está quitando el otro. Damos la vuelta lo que me parecen 5 kilómetros cuesta arriba en busca del zapato perdido y... ¡lo encontramos! Qué bien, recogemos el zapato y me dispongo a ponérselo. Falta el calcetín, ¡dónde está el calcetín? La Cachorrina ríe y dice que no con la cabeza mientras da palmadas, encantada de la vida, oiga. De pronto veo el calcetín, se cayó en el paso de peatones y el semáforo acaba de ponerse en verde para los coches. Bueno, está en el medio del carril, con suerte no lo atrop... Ya está, primer coche por encima, segundo coche por encima, tercer coche por encima, cuarto coche, no le pasa por encima pero lo hace volar unos metros. Se cierra el semáforo. Bien, voy a por él. Mier...! Ahora se quedó en medio del cruce. Se abre el semáforo de la calle perpendicular y empiezan a pasar los coches: primer coche por encima del calcetín, segundo... y así sucesivamente. Se cierra el semáforo. Están los dos cerrados, no hay peligro. Activo el freno de la silla y me lanzo como una loca a por el calcetín mientras la Cachorrina me mira divertida chupándose el pie desnudo. Vuelvo con el calcetín blanco, que ahora es negro, y ha pasado de ser de la talla dela Cachorrina a ser de la talla del Cangués (de un 19 a un 43 tras un atropello múltiple).

Intentamos ponernos en marcha otra vez, pero ya hemos perdido más de una hora. Por el camino paramos con cada guauguau, porque sino se tira de la silla abajo; de paso me paran las señoras, una me habla de los pechos pequeños de su hija para dar leche y otra se me echa a llorar porque ella no puede ver a sus nietos. Media hora de consolación para la buena mujer. Entre tanto Nerea ha tirado el otro zapato sabe Dios dónde... Disculpe señora, pero tenemos que ir a buscar el zapato... Volvemos otros 3 kilómetros y medio, también lo encontramos. Pero la Cachorrina ya tiene hambre y se nos echa encima la hora de la merienda. No da tiempo a llegar al parque así que merendamos en un banco sentadas a unos pasos de casa. Media hora merendando porque se distrae hasta con las partículas de oxígeno del aire. Recogemos y nos ponemos en marcha de nuevo: "Vamos de paseeeeo, Nere y mami van de paseeeeo"... A ver si llegamos a los columpios por lo menos, que de la biblioteca y los escaparates ni hablamos... Avanzamos 200 metros, ya casi estamos... un momento ¿dónde está el osito-manta? La Cachorrina niega con la cabeza mientras a mí me dan ganas de hacerme la muerta en la puerta del parque... Nos asomamos a la vuelta de la esquina a ver si está el oso, si lo vemos bien, y si no, no volvemos. Uy sí, lo veo, me parece que está allí donde aquel árbol. Volvemos... Pero no, era una bolsa de plástico... Mier...! Ahora sí que lo veo, más allá, en el banco donde merendó la nena... Retrocedemos hasta allí. Lo recogemos y... ya es la hora de volver. Se nos ha pasado la tarde, hemos recorrido 7 kilómetros y prácticamente estamos en el punto de partida: ni columpios, ni escaparates, ni libros, ni barcos, ni brisa marina, ni ganas de vivir, ni ná de ná. Entramos al portal, la Cachorrina feliz, encantada al encontrar de nuevo el osito, y yo, cinco años más vieja y con varias decenas de canas más. Cantamos de nuevo: "Llegamos a casiiiiiina...". Y así echamos la tarde. Qué ruina más ruinosa. 

¡Seguid tan guap@s! :)

miércoles, 21 de mayo de 2014

Alimentación complementaria: El puré de verduras con carne o pescado

Allá por el séptimo mes de vida de la Cachorrina, ampliamos su alimentación y variamos su dieta diaria de lo que había venido siendo lactancia materna exclusiva a demanda durante los seis primeros meses, y la papilla de frutas de la merienda incorporada en ese sexto mes. Cuando la peque ya se había acostumbrado a comer la fruta y devoraba las papillas que daba gusto, y además el problema del estreñimiento había sido superado, decidimos introducir en su dieta las verduras y la carne.

El sistema elegido fue el mismo que para las frutas, es decir, fuimos dándole a probar de una en una las verduras para asegurarnos que ninguna le causaba alergia o le producía rechazo. El primer día sólo le dí calabaza, después fui añadiendo patata, zanahoria, calabacín, cebolla, tomate, puerro, guisantes, coliflor... Y así hasta que iba variando los purés a los que también comencé añadiendo pollo, y algún cereal como el arroz. Debo decir que los purés se los preparé siempre cociendo todos los ingredientes juntos en agua con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y sin nada de sal, y que a la peque le gustaron tantísimo desde el primer día que cuando empezó a tomarlos a la hora de la comida rechazaba la fruta de la tarde, -yo creo que porque prefería que le volviéramos a dar puré calentín como el del mediodía-. Aunque, al final, terminó acostumbrándose a que todos los días había de los dos, y en poco tiempo se zampaba todo lo que había en el plato la comida y la merienda, tan ricamente.

Poco después comencé a alternar el pollo con ternera o pavo, y el resultado fue el mismo, porque también el encantaron, de hecho, le encanta cualquier cosa que pueda engullir porque es una tragona, así que los años de vida que nos robaba con sus despertares nocturnos nos los ahorramos en quebraderos de cabeza porque no quisiera comer (menos mal!). Y viendo que todo iba tan bien y que la Cachorrina disfrutaba con la comida, hacia los 9 meses le comenzamos a dar también pescado -básicamente lenguado y merluza-. Y todo continuó siendo felicidad y gusto gastronómico.

Además de los purés, como ya os había comentado, también queremos que la peque se acostumbre a comer trozos, probar texturas y conocer y manipular alimentos con sus manitas, así que también le ofrecemos, además de los purés y papillas, pedazos de comida (pan, frutas, verdura) que ella pueda manejar y triturar bien con las encías, en vista de que los dientes ni están ni se les espera.

A pesar de que nosotros vamos siguiendo cierto orden para darle los alimentos, debo decir que el nuevo pediatra isleño de la Cachorrina me dijo que le diéramos de comer lo mismo que comíamos nosotros. Así, tal cual: Con su sal, sus especias, su huevo... TODO. Sin ponernos más trabas que el azúcar. Pero en esto vamos poco a poco y lo que sí hacemos es que después de darle su puré la sentamos a la mesa con nosotros y prueba alguna que otra cosa pero ya en trozos de lo que nosotros comemos (aunque lo que ella prefiere en el mundo mundial es el pan, que le pirra y en cuanto lo ve ya no tiene ojos para otra cosa).

En cuanto a la combinación lacatancia materna-purés, tengo que decir que, al poco de empezar con el puré del mediodía, dejé de ofrecerle el pecho tras las comidas porque ya estaba llena y no lo quería, con lo que sus comidas pasaron a ser: pecho para desayunar, y a media mañana, -cuando lo pidiera-, puré de verduras al medio día, papilla de frutas para merendar, biberón con cereal para por la noche (experimentando para ver si dormía mejor, pero de ésto os hablaré en otro post), y pecho por la noche a demanda. 

Y así es como la Cachorrina sigue creciendo y aumentando su dieta y su gusto por la comida a pasos agigantados.

Hasta el próximo post!! :)

martes, 13 de mayo de 2014

Monisiteces: maletas correpasillos

Ahora que nos hemos mudado a Nuestra Isla nos vemos obligados a llevar a la Cachorrina  en avión de acá para allá, con sus salas de espera, sus puertas de embarque, sus retrasos, sus huelgas de pilotos de Iberia, sus dos horas antes para facturar, sus compañías low cost que te cobran la maleta al peso (por gramos, miligramos, etc)... Así que se hace necesario buscar la manera de llevar sus cosas en el equipaje de mano, por si necesitas algo durante el vuelo, y de tenerla entretenida esos ratos; y si puedes hacer las dos cosas a la vez, mejor que mejor.

Por eso he descubierto la existencia de estas monisiteces de maletas correpasillos. ¡Me encantan!

He encontrado cuatro modelos de cuatro marcas diferentes, pero desconozco si hay alguna opción más, y las cuatro tienen espacio para guardar las cosas del peque (aunque no parece mucho), tienen ruedas, y correa para poder colgarla al hombro, arrastrar al peque a la carrera cuando llegas tarde o para que ellos solitos puedan llevarla rodando cuando ya son un poco más grandecitos. Además todas son aptas para llevar como equipaje de mano, sin tener que facturar (¡¡chúpate esa Ryanair!!). Se pueden encontrar en tiendas como Imaginarium o Eureka Kids y en muchas tiendas de puericultura online, a mejor precio. No son muy caras y rondan todas los 30-50 euros, dependiendo del modelo, y de la tienda, claro.

La más popular (y creo que más carilla) es la Trunki, que es más espaciosa y la hay en varios modelos de animalitos:





También las tenemos en versión dibujos animados, tanto de Disney, como de otros personajes de la tele, con lo que podemos elegir la del dibujo preferido de nuestr@ retoñ@ (Bob Esponja, Dora la Exploradora, Pocoyó...). Éstas son de Joumma Bags:



En tercer lugar encontramos las de la marca Moltó, en dos modelos de varios colores cada uno: La Smiler con forma de elefantito, y la Smiler con forma de moto:



Y por último, mi favorita, por monisitez absoluta -aunque creo que es menos espaciosa-, la Skootcase de Diggin, una vespa maleta que querría para mí:

No me digáis...




Yo ya estoy pensando en una para la Cachorrina, porque en unos meses ya podrá disfrutar del momento correpasillos y pienso que una maleta de éstas, le encantará y le hará mas llevadero su paso por los aeropuertos (y a nosotros también, para qué engañarnos).

Seguid tan guap@s :)


domingo, 11 de mayo de 2014

Semenamoraelalma...

... Cuando te frotas los ojos de puro sueño pero te resistes a dormirte para poder seguir jugando o investigando cosas...
... Cuando me ves llegar y alzas los bracitos pidiendo que te coja...
... Cuando te sientes sola jugando, o te haces daño o simplemente quieres que vaya corriendo a tu lado y me llamas mmma-mmma, mmma-mmma...
... Cuando me das besinos de Cachorrina y te lanzas sobre mi papo para olerme y darme pequeños lametones y yo te devuelvo besinos y te da la risa...
... Cuando vas en la silla asomada hacia adelante mirando a todos lados, tratando de no perderte nada de lo que ves...
... Cuando hablas sola en tu idioma y haces pedorretas y practicas nuevos sonidos y formas de sacar la lengua...
... Cuando juegas a tirar las cosas y te quedas mirando al suelo a esperar que vuelvan a ti...
... Cuando echas la siesta cogida de mi mano porque así duermes más y mejor...
... Cuando estás muerta de sueño y dejas caer la cabeza sobre mi hombro, abrazada a mí, en el gesto más tierno que pueda experimentar nadie...
... Cuando te quedas dormida y ríes en sueños...
... Cuando te decimos que no puedes hacer algo y niegas con la cabeza mirándonos fijamente con esos ojazos enormes...
... Cuando te cojo para bailar contigo y damos vueltas y te ríes, con esa risa que es el sonido más bonito del mundo mundial...
... Cuando das palmitas y pataleas porque te sentamos en la trona y te ponemos el babero y sabes que es hora de comer...
... Cuando te comes un trozo de pan y no dejas ni una miga que intentas atrapar con los dedinos con insistencia hasta que lo consigues...
... Cuando respiras agitada de emoción al ver un objeto nuevo al que echar mano...
... Cuando pienso en todo lo que nos queda por vivir y aprender juntas...
... Cuando me agotas, te enfadas, me enfadas, repunas, no sabes ni tú lo que quieres, no nos dejas dormir y te despiertas cada hora, y aún así te miro y sé que eres lo más bonito que me ha pasado en la vida...


Para todas las mamás que han sentido o sienten que se les enamora el alma, y muy especialmente a la mía... ¡¡Felicidades!! (Con una semana de retraso, pero ya se sabe: más vale tarde que ciento volando ;)...)
Para los que os perdierais la felicitación puntual del año pasado, aquí os dejo el enlace :)

jueves, 8 de mayo de 2014

Los nueve meses

Hace unos (cuantos) días, la Cachorrina cumplió los nueve meses, así  sin avisar, -que nos pasan los meses como si fueran semanas y envejece una más rápido y tiene la sensación de no enterarse de la infancia de su retoño y así no se puede, hombre ya-.

Los últimos días del mes tuvo algo de fiebre por las noches, sin ningún otro síntoma y que se le fue como vino, pero aproveché para llevarla al pediatra por si acaso y para hacer revisión -que no nos tocaba, todo hay que decirlo-. Así es como supimos que pesa 8 kilos 900 gramos, casi lo mismo que hace un mes, y que mide 70 cm (percentil 50 de altura y 75 de peso).

En este último mes hemos comenzado a notar que la peque se hace mayor en muchos aspectos, tanto por su mayor autonomía al moverse o jugar, como por sus nuevas formas de comunicarse y hacerse entender o por la nueva picardía que empieza a gastar la nena. Y es que la Cachorrina empieza a saber mucha letra y aunque ya sabe lo que significa NO, y en principio obedece, un tiempo después (que pueden ser incluso días), vuelve a intentar aquello que le prohibiste, sólo que de forma sibilina y silenciosa. De hecho, la pobre se delata porque cuando coge algo que normalmente no le dejamos se queda completamente en silencio y notas como te clava la mirada en la distancia, callada, con una cara de culpable que no puede con ella, y sin moverse mucho a ver si no la pillas, angelito...

Su motricidad sigue mejorando a pasos agigantados, y aunque continúa desplazándose sentada, le encanta pasar ratos de pie por lo que creemos que no tardará mucho en dar sus primeros pasitos. También maneja muchísimo mejor sus manitas y ya se apaña para hacer pinza con los dedos y agarrar cualquier cosa por diminuta que sea (prometo que la he visto jugar con un pelo -¡un pelo!- pasándolo de una mano a otra). El problema de ésto es que ahora debemos tener mucho cuidado con que no se lleve a la boca cualquier porquería diminuta que se encuentre en el suelo.

En cuanto a la alimentación, ya ha comenzado a comer también pescado, que alternamos con la carne, y siempre acompañados, tanto uno como otro, de verduras, cereales o legumbres. La fruta se la seguimos dando para merendar y lo cierto es que come tan bien los purés y papillas que dejó de interesarle el pecho, así que la lactancia materna se vio reducida a las tomas de la mañana y de madrugada. También sigue comiendo trozos de algunos alimentos (pan, galleta, patata, tomate, diferentes frutas) y se apaña estupendamente para morder y triturar aunque no le haya salido aún ningún diente.

Por las noches hemos pasado de todo: noches en las que parecía que iba a empezar a dormir más seguido (nos regaló una semana de dormir 5 y 6 horas seguidas, con sólo un par de despertares nocturnos), pero cuando nos habíamos confiado nos castigó con una de sus peores rachas con varios días de despertar cada hora (CADA HORA, repito, CADA HORA), que mejoraron un poco ya que volvimos a las habituales dos horas entre despertares (que ya no nos parecían tan malas).

Por lo demás, sigue siendo una niña feliz, inquieta y observadora que selecciona muy bien a quien le dedica sonrisas y con quien se muestra más desconfiada.

Y como no quiero aburriros, aquí dejo su resumen mensual, no sin antes decir que la última semana estuvimos de visita en Asturias, Patria querida, empapándonos de sidra, fabada de mami, familia, amigos y gaitas, y no tuve ni un segundo para actualizar, ni siquiera el Día de la Madre (que poca vergüenza tengo), y como no quiero dejar de dar las gracias a las mamis del mundo, y en especial a la mía y a la del Cangués, todo lo que han hecho y hacen por nosotros, prometo post aunque sea con una semana de retraso.

¡Hasta el domingo, entonces! :)