sábado, 19 de marzo de 2016

Confianza ciega

La Cachorrina, que le gusta jugarse el tipo más que a un funambulista, trepa al muro más alto del parque, camina por él, feliz y contenta, sintiéndose mayor, más alta -"gihante" que diría ella-, se acerca al borde y grita "Paaapiiiii!!!!", mientras yo marco el 112 en el móvil temiendo que la loca de ella salte al vacío, pero el Cangués ya ha corrido a la llamada de su princesa, y antes de que a él le dé tiempo a estirar los brazos, ella se lanza sin pensar mientras a mí me da una angina de pecho, y el Cangués, evitando mi muerte temprana y que la nena se estampe, la atrapa al vuelo sin despeinarse. Siempre. Y ella lo sabe. 

La Cachorrina sabe que su papi nunca le falla, que por lejos que esté y por complicada que pueda parecer la situación, siempre la coge al vuelo, y ríe con ella, y la mira queriéndola mucho y la abraza, y que ese abrazo es el refugio más seguro que existe. Confía ciegamente en él y sabe que si su padre está cerca, nada malo puede ocurrirle, porque el mundo es más divertido y da menos miedo si el Cangués está con ella. Y ella lo sabe. Y yo lo sé. 

Gracias por ser su superhéroe, ¡¡te queremos papi!!



martes, 1 de marzo de 2016

No se quedó

Hace ya unos meses que por estos lares no damos señales de vida, no porque hayamos estado infinitamente ocupados entre trabajo, estudio, casa y correr (mucho) detrás de la Cachorrina, que también, sino porque no había muchas ganas de sentarse delante del ordenador y empezar a darle a las teclas. Es así(n).

El caso es que allá por el mes de septiembre, en plena emoción postboda, se ve que ahogamos las pocas neuronas cuerdas que nos quedaban en sidra y gintonics y nos pareció una idea estupenda darle a la Cachorrina un hermanito. Por qué, con lo que os quejáis de mala vida, os estaréis preguntando -lo mismo que me pregunté yo cuando al mes siguiente el Predictor me enseñó las rayitas de color rosa: por qué-. Pues no sé por qué, pero pensamos que, como con la Cachorrina ya no teníamos vida propia, debíamos tener otro churumbel y así terminar con la poca salud que nos queda y convertir nuestro hogar en la Casa de los Líos 2.0. Y así fue como, a la primera de cambio, teníamos hermanit@ en camino.

Todo parecía ir estupendamente y yo, no sé cómo, tenía con 8 semanas la misma barriga que tenía con nerea de 4 meses, un despropósito de barrigón temprano que me tenía loca pensando que debía estar gestando, no un cachorrín o cachorrina, sino una camada entera. Pero a las 9 semanas tuvimos una primera ecografía (aquí te hacen una eco de regalo antes de las 12 semanas) y con toda la ilusión que nos fuimos para encontrarnos con que la doctora en cuestión nos dijera que el embrión era más pequeño de lo que debería y que no se veía latido cardiaco (ni el del bebé ni el mío, que se había parado también). Aún así, nos dijo que podía ser pronto y yo estar embarazada de menos tiempo de lo que pensábamos, así que repetiríamos la eco en dos semanas para ver si había evolucionado el embarazo o si, efectivamente, algo iba mal.

Por supuestísimo yo salí de allí diciendo que la tipa(rraca) era una petarda, que si no se dicen así las cosas, que si claro que era muy pequeño, no va a ser grande, que si todo estaba estupendamente, que si que sabrá ésta que se ve que aprobó raspado "Manejo del ecógrafo" de segundo, hombre ya... En fin, que en ningún momento quise creer que algo no fuera bien y lo que hice fue poner a caer de un burro a la pobre ginecóloga, que no sería muy maduro por mi parte, pero que me relajaba, mire usted.

La siguiente semana me la pasé hablando con el proyecto de cachorrín o cachorrina: de su padre, que es muy guapo y muy fuerte y le enseñaría a trepar por todas partes, de su hermana mayor, que está loca pero tiene buen fondo, de que en esta casa no somos perfectos pero nos damos muchos abrazos, nos reímos y jugamos al corro de la patata en bucle... Y le pedía muy bajito que se quedara conmigo... Quédate conmigo, Quédate conmigo -así, momento Pastora Soler-. Pero... no se quedó. En la siguiente eco nos confirmaron que el embarazo se había parado.

Y ahora diréis, anda que vaya post guapo te está quedando hoy, menudo temita... Pues sí, por eso lo os lo cuento, porque no es un tema fácil y porque si algo descubrí después de sufrir un aborto espontáneo es que es lo más común del mundo, que los médicos me aseguraron que todas las mujeres sufren abortos espontáneos alguna vez en la vida, pero muchas no llegan ni a enterarse, que en los hospitales se atiende casi un aborto por cada 2 embarazos, que todas las que estábamos en la sala de espera de urgencias esa noche estábamos por lo mismo, que hay muchos casos de abortos espontáneos entre el primer y segundo hijo y que eso no quiere decir para nada que haya ningún problema reproductivo, al contrario, es positivo que el cuerpo pare una gestación de un embrión que no es viable.

Cuando te dan la noticia te quedas muerto en el sitio, porque la gente no suele contar sus abortos y piensas que es algo poco habitual y muy mala señal que te haya ocurrido a ti, pero no es así. Una vez que lo cuentas salen casos a tu alrededor por todas partes, y es que los abortos espontáneos son muchísimo más habituales de lo que nos pensamos. Tenemos que darnos cuenta que quedarse embarazada no supone per se que vas a tener un bebé, supone que, si todo va bien, en 9 meses tendrás un bebé.

Normalmente la gente no cuenta sus abortos porque ocurren antes de que hayan llegado siquiera a contar el embarazo y decir: "oye, que estuve embarazada, pero ya no" pues no es agradable. Pero yo quiero contaros mi caso, igual que cuento mil chorradas otras veces, porque creo importante compartir la experiencia para que otras mujeres o parejas que pasan por lo mismo y se  piensan que es un tema tabú, o que han tenido la mala suerte de unas pocas o que tienen problemas para tener hijos, sepan que no es así, que es muy común, que te puede ocurrir tanto si tienes hijos, como si no, y que no quiere decir nada, que te podrás volver a quedar embarazada y para que médicamente se empiece a sospechar que hay problemas deberías encontrarte con 4 abortos consecutivos.

No sé si con este post puedo ayudar a alguien que esté, haya estado o vaya a estar en la misma situación, sólo quiero desmitificar un poco y hablar de un tema que pocas veces se trata, y que si las mujeres compartiéramos más, todas podríamos comprender que es algo normal y que, es un palo, sí, y duele, también, pero que se pasa y que la inmensa mayoría de mujeres que pasan por un aborto, no tienen ningún problema para tener hijos después.

Y así, es como dejé de escribir, porque no quería quejarme de la mala vida, ni contaros mil historias como si aquí no hubiera pasado nada, sin haberos contado primero esto, y hasta hoy no me atreví a escribirlo, la verdad. 

Ahora sí que sí... ya podemos retomar las historias de la Cachorrina ;)