El pasado día 25 de marzo, la Cachorrina cumplió 8 meses y lo celebramos yendo al pediatra, aunque no tocara revisión, para conocer al que será el nuevo médico de la peque con esto del traslado. Allí nos confirmaron, lo que mi espalda contracturada ya sabe: que la peque ha engordado otro kilo y ya estamos en los 8,850 kg de peso y en 70 cm de altura.
Con sus nuevas dimensiones de peso semipesado, se nota que la Cachorrina ha ganado mucha fuerza y está ganando muchísima autonomía con sus movimientos. Ya nunca te la encuentras donde la dejaste, aunque aún no gatee. Se arrastra hacia adelante, hacia atrás (como mejor le sale) y en círculos, y aún no sé cómo se desplaza también sentada con el culo, con lo dífícil que es eso... También hace muy bien la croqueta y gira sobre sí misma las veces que sea necesario para alcanzar lo que quiere y está mostrando unas nuevas dotes de gimnasta olímpica rusa, espatarrándose en el suelo haciendo el spagat, que ríete tú de Nadia Comaneci, aunque se queda atascada y tiene que pedir auxilio porque ni ella sabe como llegó a esa postura.
Como más le gusta jugar sigue siendo sentada porque maneja lo que quiere, aunque no duda en tirarse de cara al suelo para poder arrastrarse o croquetear hasta los juguetes que le quedan más lejos. Así que la tenemos todo el día a la pobre en la alfombra en medio del salón rodeada de cojines y todos sus muñecos, para que se mueva a sus anchas.
También hace amagos de incorporarse cuando se pone bocabajo en el suelo y se retuerce intentando levantar el culo a la vez que los brazos para ponerse a cuatro patas, pero todavía no lo ha conseguido, aunque algo nos dice que en las próximas semanas ya se conseguirá gatear (para mayor estrés nuestro).
La motricidad de sus maninas también ha mejorado muchísimo y cada vez es capaz de agarrar bien objetos más pequeños, darles vueltas y pasárselos de una mano a otra, lo que le permite más opciones de juego y más destreza para llevárselo a la boca (¡socorro!).
Está empezando a descubrir la ley de la gravedad y ya comienza a tirar las cosas al suelo y ver como caen, lo que se traduce en muchas sentadillas para mamá (que me vienen bien, no digo yo que no -¡la calle es mi gimnasio!-). Y le encanta rascar texturas nuevas (loca se volvió con las paredes de gotelé del pasillo del pediatra el otro día) y chocar objetos para hacer que suenen. Así que sus juguetes preferidos ahora ya no son los suaves y melosos, sino que prefiere los que emiten luces, música y otros sonidos y tienen diferentes botones y elementos que aporrear para hacer ruido.
En cuanto al habla, ya repite sílabas nuevas, e incluso combina vocales (antes todo era con la A) y ya dice cosas como mama, papa, toto, teta, tata, gaga, gu,... y los combina con pedorretas varias. Debo decir que aunque ya diga esas cosas, todavía creo que no lo dice con intención, osea que dice mamma o pappa, incluso teta, pero que lo dice como dice todo lo demás, por practicar el habla, no porque esté queriendo decir mamá ni papá.
Sobre la comida, seguimos afianzando la fruta y la verdura y las dos cosas se las come fenomenal y le encantan. La fruta le gusta en papilla, pero también que le dejes comer y chupar trozos y los purés de verdura con pollo, pavo o ternera le chiflan y se come unos platos de adulto que meten miedo. El próximo mes empezaremos con el pescado, aunque según el nuevo pediatra ya podemos darle de comer lo mismo que comamos nosotros, exceptuando el azúcar. Así que me iré animando a darle a probar de nuestra comida también. Combinamos los purés y papillas con lactancia materna.
Las noches sigue sin dormir del tirón más de 3 ó 4 horas, las noches buenas. Las noches malas, se despierta cada hora y media, dos horas. Mucha muete. Aunque debo decir que, aprovechando la mudanza, la hemos pasado a su propia habitación y sigue durmiendo igual de mal, pero no peor, así que supongo que significa que se ha adaptado bien al cambio;). Incluso a mitad de mes nos regaló dos noches buenas, una con turnos de sueño de 4 horas y otra de 6 horas seguidas. Pero nos castigó duramente los días siguientes para que no nos viniéramos arriba. Porca miseria...
Por lo demás, es una niña feliz, muy alegre y sociable, que se ríe mucho, incluso a carcajadas, y que se va con cualquiera que le dedique una sonrisa. También es mimosa, observadora y muy activa y cada día que pasa está más guapa -que no es que lo diga yo porque soy su madre, jaja...-.
Ya estoy deseando ver sus progresos y cambios de este nuevo mes que empezamos. ¡Hasta el próximo post!