Querida hija,
Ya estamos casi en la mitad de tu etapa como inquilina de mi
barriga (también tú, dónde te fuiste a meter…). Hace ya tres meses que supe que
estabas en camino y que le di la noticia a tu padre. Se puso loco de contento y
levantaba los brazos como si hubiera ganado el Tour diciendo: “si es que donde hay un macho…”, daba
gusto verlo (ya te pondré el vídeo, no te preocupes); y todo porque llegaste
muy rápido, vamos que no te hiciste de rogar nada, ni un poco. Por eso yo te
reconozco que me dio un ataque de “aymadre,
aymadre, aymadre…” cuando confirmé la noticia y todavía no se lo había
contado a él. En ese momento en el que éramos solo tú y yo, reí, lloré,
hiperventilé y me quedé muerta en el sitio pensando en que eras real, que ya
estabas dentro de mí, y en todo lo que supondría tu llegada en nuestras vidas. No
pienses que dudaba o no te quería, nada de eso, porque desde que vi que el test
de embarazo era positivo, supe que ya serías el centro de mi vida para siempre
y la personita más importante del mundo para mí y para tu padre. ¡¡De ahí el
susto!!
Por papá, no te preocupes, que ni susto ni nada, de hecho lo
que él me dijo fue: “qué susto ni qué
susto, ya verás que bien lo vamos a pasar…” y hala, tan contento. Ya le verás
cuando salgas, le reconocerás en seguida cuando veas a un chico alto y guapo,
feliz y con el puño en alto cuando asomes la cabecina. (Por cierto, desde ya te
aviso que va a querer subirte a todos los árboles que encuentre.)
Pero no sólo nosotros estaremos para recibirte, que sepas que
tienes a tus abuelos ya nerviosos, a tus abuelas recuperando la afición por el
punto y el tricot (venga mantas y chaquetinas) y a tus tías pensando mil formas
de malcriarte (por favor, no te dejes, que luego eso tiene mal arreglo), porque
te informo de que serás primera nieta y sobrina por ambas partes… ¡¡el
acabose!! Y más gente, no te creas que se queda ahí la cosa, porque tendrás tíos
y primos, postizos y de verdad, para jugar, y una bisabuela guapísima con más
energía que todos los demás juntos.
Hoy no me enrollo más que estarás queriendo dar volteretas y
patadas a tu aire, que por cierto, vaya horas escoges, las 2 de la mañana y tú
de fiesta ahí dentro. Lo de trasnochar tendrás que dejarlo para cuando seas
mayor de edad, aunque igual tienes que llevarte a tu padre contigo porque si no
el pobre no va a dormir pensando que ahí fuera hay “mastines” que pueden cruzarse en el camino de su nena. Probe, no le
queda nada.
Que sepas que ya se te quiere y se te espera, un besín,
Mamá.
Pd: Aquí te dejo la foto más reciente que tengo de papá y mamá, para que nos vayas conociendo. El año que viene nos disfrazamos los tres juntos, así que vete pensando en algo.
jo...me he emocionado y todo...que bonito!!
ResponderEliminarun buen dia encontre tu blog y me he aficionado a leerlo y aunque te parezca mentira aqui tienes a una desconocida que se divierte y emociona con tus historias y ya de paso tambien aprendo cosillas para cuando me toque...sigue escribiendo y a seguir muy bien tu y Nerea...y el padre jajaja
Hola!! Muchas gracias por leerme y por comentar!! Me alegro mucho de que te guste el blog y que puedas ir sacando ideas, jaja... Nerea y yo seguimos bien, y el padre, aguantándome, jeje. Un besín!!
EliminarQue bien escribes nosotras nos hemos emocionado mucho. Tienes que escribir un libro. Un besin de tu prima Eva y tu tia Mary.
ResponderEliminarMuchas gracias, jaja, me alegro de que os gustara. Lo del libro me viene un poco grande. Os puede el cariño, jaja... :) Un besín a las dos!!!
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