miércoles, 20 de febrero de 2013

Seguridad en el embarazo

Una de las cosas que más me preocupan últimamente es evitar cualquier tipo de accidente, golpe o caída tonto que pueda hacer daño al bebé. No creáis que soy una loca de la seguridad y que pretendo ir envuelta en plástico de pompitas hasta que dé a luz. No. Mi preocupación está plenamente justificada y tiene su origen en la facilidad innata y predisposición natural que tengo para caerme o autolesionarme con las cosas más tontas, así como al índice de siniestralidad absurdamente alto que tengo en un coche.




En cuanto a lo primero, mi facilidad para caerme y autolesionarme, he decidido tratar de tener más cuidado y procurar no hacer cosas que habitualmente hago como echar a correr cual posesa detrás del autobús si veo que se me escapa (ésta se me olvida la mayoría de las veces), especialmente si hay lluvia o nieve. Y adoptar otras costumbres como caminar más despacio, y no como si me persiguieran, que es lo que suelo hacer; evitar las escaleras en la medida de lo posible y, si las utilizo, usar el pasamanos; tener más cuidado en la ducha y pisar en las superficies antideslizantes; no subirme a la silla y de ahí a la encimera de la cocina, y de la encimera, trepar, colgarme de los armarios y ponerme de puntillas apoyándome en cualquier sitio para ver si alcanzo a coger cualquier cosa hasta que me doy cuenta de que no sé cómo  llegué ahí arriba y no me atrevo a bajar; asumir que con la barriga creciendo mi agilidad no será la misma y no puedo esperar que mi cuerpo reaccione igual ante las situaciones imprevistas (que ya no reaccionaba muy allá en circunstancias normales, la verdad); y bajarme de los tacones más altos (ésta va a ser más difícil).



Respecto al tema del coche, lo primero que recomiendan si conduces es sentarte lo más lejos posible del volante y que éste quede a la altura del pecho, nunca de la tripa. Yo este problema no lo tengo porque, como dije, lo mío con el coche merece un blog aparte, así que intento no conducir nunca y viajar siempre de copiloto donde mi siniestralidad es mucho más baja. Pero aún de copiloto, es importante no sentarse muy cerca del salpicadero, sobre todo si el coche tiene airbag de pasajero, y debe llevarse siempre el cinturón de seguridad, intentando que no nos oprima la tripa. Para ello existe un cojín adaptador para embarazadas con el que enganchas el cinturón por debajo de la barriga, de tal forma que, en caso de frenazo o accidente, el cinturón no pueda dañar al bebé. Yo empecé a utilizarlo desde el tercer mes de embarazo y la verdad es que estoy contenta con él y viajo más tranquila. De hecho, antes de tenerlo iba sujetando el cintu con las manos porque no me gustaba llevarlo en medio de la tripa, así que me parece una solución bien pensada (aunque a veces parezca que vas como espatarrada en el asiento, jaja...).



En fin, ¡tendré que intentar acordarme de todo y tener más cuidado! 
Hasta el próximo post. ¡Un besín!

2 comentarios:

  1. No conocia lo del cinturon de seguridad,asiq lo voy a mirar!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es muy práctico, te lo recomiendo. o lo encontré en una tienda de repuestos de automóvil, por si te sirve. Un besín!!

      Eliminar