Una vez que ya te encuentras en
mitad del embarazo desaparecen las molestias iniciales que te acompañaron
durante los primeros meses: las náuseas, los vómitos, el sueño que te mantiene
en un estado semicomatoso permanente, la sensibilidad en el pecho, hormonas en
revolución permanente… Peeeero, pasada esa primera etapa –muy benevolente
conmigo, que sólo tuve sueño y amodorramiento--, llegas a la siguiente, en la
que la tripa empieza a crecer por minutos con el consiguiente nuevo repertorio
de molestias torturadoras, véase, indigestión, cólicos, migraña, estreñimiento
(en ocasiones con hemorroides incorporadas), varices, acidez de estómago,
retención de líquidos, dolor de espalda, piernas y pies hinchados… ¡Ay!¡Qué
guapo ye esto del embarazo!
Yo, nuevamente, no me puedo
quejar mucho porque salvo algún día de migraña pasada así a pelo, el dolor de
espalda (inevitable, me temo) y una indigestión con cólicos incluidos por comer
ternasco aragonés, lo único que de verdad me está visitando día sí, día también
es la acidez. Bastante desagradable, debo decir. A mí, que nunca la había
padecido, ahora me da ardor de estómago hasta el agua mineral.
Así que aquí estoy, tratando de
buscar remedio o alivio a este castigo. Como suele darme más por la tarde-noche,
cuando llego a casa con mis ardores lo único que me apetece es leche, que no sé
si sirve para aliviar o no, pero es lo único que me pide el cuerpo, así que
llevo una semana cenando todos los días un tazón de leche con Chocapic (por
aquello de meter algo sólido). Y voy aumentando las dosis de leche, como los
yonkis. Vamos, que a este paso, cuando nazca Nerea, las dos seremos lactantes.
He estado informándome para
ponerle remedio y resulta que entre que el útero desplaza al estómago y le
quita sitio y las hormonas (qué raro) relajan los músculos del aparato
digestivo, pues será habitual hasta el final del embarazo que los ácidos
estomacales campen a sus anchas esófago arriba y abajo y que las digestiones
sean lentas y pesadas.
En cuanto a lo que se debe hacer
para prevenir y/o aliviar los ardores, los consejos habituales son:
- comer pequeñas cantidades varias veces al día (nada de
atracones)
- tomar las verduras cocinadas, no crudas
- evitar los cítricos, los dulces, los fritos, las
infusiones y las bebidas con cafeína o gaseosas
- tomar leche fría cuando sientas la acidez (si es que me
la pide el cuerpo)
- beber mucho líquido frío entre horas
- dormir lo más incorporada posible y dejando pasar al
menos una hora para digerir los alimentos antes de acostarte
Y si nada de esto funciona y la
acidez te tortura, pues hay que ir al médico a suplicar que te deje tomar un
jarabín o algo que te devuelva las ganas de vivir.
Yo de momento lo llevo bien y
aunque molesta, no es grave, así que sigo tomando leche como si no hubiera
mañana, y rezando para, al menos, seguir adelantando por la derecha el resto de
molestias que os enumeraba al principio. Aunque todo se pasa por tener uno de éstos:
A seguir tan guapos, un besín.
Jiji,yo espero tb q no me toquen todos esos efectos cuando por fin me quede embarazada,aunque con las ganas q tengo ni me va a importar. Mme encanta el blog!
ResponderEliminarLa verdad es que tiene que compensar muy mucho, jaja, la gente repite!! Y las molestias no son nada a cambio de que nos den un bebé gordito y suave para achuchar :)
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