sábado, 19 de marzo de 2016

Confianza ciega

La Cachorrina, que le gusta jugarse el tipo más que a un funambulista, trepa al muro más alto del parque, camina por él, feliz y contenta, sintiéndose mayor, más alta -"gihante" que diría ella-, se acerca al borde y grita "Paaapiiiii!!!!", mientras yo marco el 112 en el móvil temiendo que la loca de ella salte al vacío, pero el Cangués ya ha corrido a la llamada de su princesa, y antes de que a él le dé tiempo a estirar los brazos, ella se lanza sin pensar mientras a mí me da una angina de pecho, y el Cangués, evitando mi muerte temprana y que la nena se estampe, la atrapa al vuelo sin despeinarse. Siempre. Y ella lo sabe. 

La Cachorrina sabe que su papi nunca le falla, que por lejos que esté y por complicada que pueda parecer la situación, siempre la coge al vuelo, y ríe con ella, y la mira queriéndola mucho y la abraza, y que ese abrazo es el refugio más seguro que existe. Confía ciegamente en él y sabe que si su padre está cerca, nada malo puede ocurrirle, porque el mundo es más divertido y da menos miedo si el Cangués está con ella. Y ella lo sabe. Y yo lo sé. 

Gracias por ser su superhéroe, ¡¡te queremos papi!!



2 comentarios:

  1. Jajaja. Yo también he vivido alguna situación similar, jajaja.
    La foto es preciosa.
    Besos,

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    Respuestas
    1. Es que es tan bonito ver que se fían de nosotros sin reserva, sin dudar de que estamos ahí para cogerlos... Morimmos de amor, eh? Un beso guapa!

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