Entre los 7 y los 10 meses aproximadamente los bebés ganan fuerza, se aguantan sentados perfectamente solos y comienzan a querer investigar lo que hay a su alrededor, no sólo lo que tienen a mano, sino cualquier cosa que les entre por los ojos. Es en ese afán por investigar todo aquello que capta su atención, que sienten la necesidad de desplazarse para alzanzarlo, primero intentando estirarse, haciendo poses imposibles de acróbata ruso, que ríete tú del Bikram Yoga, y después probando diversas maneras de llegar a él cuando los estiramientos no bastan. Es en este momento cuando muchos comienzan con la etapa del gateo.
El gateo es como se denomina tradicionalmente al desplazamiento del bebé a cuatro patas apoyado sobre las rodillas y las palmas de las manos, y que supone el paso previo a aprender a caminar. Sin embargo, muchos bebés omiten el gateo antes de ponerse en pie, o han aprendido a desplazarse otras formas que les resultan más cómodas y que ya les permiten alcanzar los objetos que les quedan más alejados. Algunos peques se desplazan reptando sobre la tripa, otros sentados, y otros arrastrando las piernas con los bracitos. El caso es conseguir moverse del sitio como sea hasta que aprenden a caminar. A todas esas formas de desplazamiento también se las considera gateo, así que cuando muchos padres dicen que sus hijos no han gateado, se refieren al movimiento a cuatro patas, aunque seguramente sus hijos si han gateado de otra manera, encontrando su propia forma de ir de un sitio a otro.
Antes de comenzar a gatear, el bebé debe tener desarrollada la fuerza de sus músculos de brazos, piernas y espalda, y debe poder sentarse y rodar solo. Una vez que consigue ésto y que mejora su sentido del equilibrio, mejora también su coordinación corporal, especialmente de brazos y piernas y es cuando puede intentar ponerse a cuatro patas.
Para estimular el movimiento autónomo del bebé basta con jugar con él, llamando su atención sobre diferentes objetos que se pueden ir colocando cada vez más lejos para que intente llegar hasta ellos como buenamente pueda. Si lo que queréis es tratar de estimular su gateo a cuatro patas, también puede funcionar enseñarle la posición con un cojín debajo o vuestras manos y balanceándolo ligeramente hacia adelante y hacia atrás. Seguramente así, cuando lo soltéis, siga a cuatro patas y también balanceándose. O podéis poneros a cuatro patas vosotros delante de él y tratar de jugar al pilla pilla, a ver si se arranca a perseguiros imitando vuestro movimiento.
La Cachorrina es de esos bebés que se desplazan como les da la gana y, aunque la hemos puesto a cuatro patas y se aguanta, para ir de un sitio a otro prefiere hacerlo cómodamente sentada. Se ve que es muy práctica y pasa de perder el tiempo cambiando de pose, así que sentada la dejas en un sitio, sentada se va peregrinando por casa, y sentada llega a destino a seguir jugando exactamente en la misma posición con aquello que iba a buscar. Tan a gusto y sin despeinarse, oiga. Y a veces es tan rápida y tan sigilosa. y mantiene tanto la pose, que pensamos que se teletransporta -hace chas y se sienta a tu lado, jojo-.
Y vuestr@s peques, ¿cómo gatean?, ¿hacéis algo para ayudarles a gatear?
Seguid tan guap@s :)