sábado, 30 de marzo de 2013

Más regalinos para la peque

El Cangués y yo ya estamos pensando en ponerle un vestidor a la cachorrina porque con todo lo que nos están regalando, y teniendo en cuenta que aún faltan 3 meses y medio para que nazca, no vamos a tener dónde meter sus cosas, o dónde meternos nosotros.

Quiero dar las gracias a todos los familiares y amigos que quieren tener algún detallín con Nerea, alguno incluso hecho a mano. No os imagináis la ilusión que nos hace y lo que nos presta. No tenéis que regalar nada, pero la verdad es que hacéis regalos taaaan monossssss que yo voy con la baba cayendo y soñando con el momento de tener a Nerea con nosotros para vestirla y desvestirla cual muñeca de Famosa: la cachorrina en el parque, la cachorrina se va a la playa, la cachorrina se va de boda, la cachorrina deportista, la cachorrina de fiesta (de prao), la cachorrina en la guarde, la cachorrina animando al Oviedín...

Éstos son los últimos regalinos que le han hecho y que no pueden gustarnos más. No pongo de quién es cada uno, ell@s ya lo saben: ¡Gracias!

- Patuquinos de punto imitando las Converse All Star y zapatinos rosas. Esta niña va camino de tener el problema zapateril de su madre, para disgusto del papi y escalada de posiciones de Amancio en Forbes...


- Body-pijama, para dormir calentina y conjuntín de verano, para salir a tirarnos al solín.


- Equipación deportiva de Adidas al completo (ésta para cuando el Cangués se la lleve a hacer parkour).


- Ranita de flores. Guapísima: tiene unos volantes en el culete que me encantan :)


- Tarta de pañales con más sorpresas en su interior, hecha especialmente para Nerea.


- Chaqueta y capota de punto, hechas a mano por una señora rumana que no conozco, en agradecimiento por haberle sacado a su marido, al que tampoco conozco, un billete de bus a Rumanía (verídico, cosas que le pasan a una). Lo tejió en una mañana, la pobre mujer.


- Conjuntín hecho a mano por una vecina de Miguel de Cangas. Otro tesoro de valor incalculable para la nena, porque más guapo no puede ser, y las manos que lo tejieron merecen que haga la ola. ¡Estoy deseando ponérselo a Nerea!


- Toquilla hecha por la abuela de la cachorrina. Es preciosa y la vamos a usar muchísimo porque a mí me encanta.


- Y, por último, regalo hecho por mí, a mí misma (bueno a Nerea, pero ya me entendéis, jiji). Vi este cuadro en una tienda de Oviedo y no sé por qué me enamoró y no puede evitar comprarlo para la habitación de la cachorrina. Ahora tendré que decorar el resto en base al cuadro.


A cualquiera que le diga que lo primero que compré para la niña no fue nada práctico ni útil, ni silla, ni chupetes, ni cuna, ni bodys, ni pañales, nada de éso: yo a mi bola, compré un cuadro y me quedé tan ancha y tan contenta, oiga... Ya empiezo bien atendiendo las necesidades básicas de la cachorrina, prubina, así me saldrá...

No quiero ser pesada pero, de verdad, muchas gracias (a mí misma también, que el cuadro me gusta mucho). ¡Un besín!

miércoles, 27 de marzo de 2013

Lactancia materna, sí o no

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva para alimentar a los recién nacidos hasta los 6 meses de vida, y combinada con otros alimentos hasta los dos años. Sin embargo, desde que se produjo la incorporación de la mujer al mercado laboral las cosas cambiaron y se tendió a reducir el tiempo de lactancia (ajustándolo a la baja por maternidad) o incluso a eliminarla por completo sustituyendo desde el inicio la leche de la madre por la leche artificial. Afortunadamente, de unos años para acá, la tendencia vuelve a ser recuperar la lactancia materna como forma de alimentar al bebé en sus primeros meses, pero se trata siempre de una decisión muy personal de la madre --bueno, y si le dejamos, del padre-- que sus razones tendrá para escoger una opción u otra sin que por ello sea mejor o peor madre y sin que la sociedad, familia y entorno deban juzgarla por ello y atosigarla a consejos que contradigan sus deseos y los de su bebé.



Aquí os dejo con los pros y contras de una lactancia y otra, y al final os cuento lo que yo tengo pensado hacer con la cachorrina.


LACTANCIA MATERNA


A favor:

- Es la forma natural de alimentar a los bebés desde que el hombre es simio, como cualquier mamífero. La naturaleza es sabia y no pone ahí la leche por nada, digo yo.
- Es muy cómodo tener siempre la comida del bebé a mano --la teta está siempre en su sitio, disponible y lista para usar en cualquier momento y lugar.
- La leche ya sale esterilizada y contiene anticuerpos que pasan de la madre al bebé y aumentan sus defensas.
- Se crea un vínculo especial entre madre e hijo, ya que favorece el contacto piel con piel y el bebé se siente más tranquilo. Y, por lo que cuentan, la experiencia tiene que ser preciosa.
- El bebé desde el nacimiento instintivamente busca teta, no biberon ergonómico con tetina ancha anatómica en látex, talla uno, flujo lento y válvula antigases, en color rosa y con dibujos de elefantitos (es un mundo, como el de las sillas, ya le dedicaremos un post).
-  Es completamente gratis, con lo que te ahorras una pasta en dar de comer a la criatura durante el tiempo que dure la lactancia exclusiva.
- Facilita las digestiones del nene.
- Es de sabores, como los yogures. La leche materna sabe diferente según lo que haya comido antes la madre, así tiene más variedad el peque.
- Te recuperas antes del parto y adelgazas más rápidamente (esto es muuuuy a favor para las que, como yo, llegamos tarde cuando repartieron los metabolismos rápidos).

En contra:

- Estás esclavizada porque eres la única que puede alimentar al bebé, y tienes que estar siempre con la teta a punto, estés dónde estés y en el momento que sea (y puede resultarte bochornoso tener que ir enseñando los pechos en según que sitios).
- Al principio dicen que puede ser muy molesta y dolorosa hasta el punto que muchas mamis abandonan.
- Al ser la leche materna más digestiva, el bebé requiere más tomas al día.
- Tienes que controlar tu dieta para que no le lleguen según qué alimentos: sigue prohibido el alcohol, la cafeína y los embutidos y alimentos crudos, si no has pasado la toxoplasmosis.

LACTANCIA ARTIFICIAL


A favor:

- Los niños que toman biberón desde el  nacimiento se crían igual de bien que los otros, por mucho que digan.
- El papi puede también participar de la alimentación del bebé desde el principio, con la consiguiente liberación de la madre.
- Al tardar más en digerir la leche, el bebé necesita menos tomas y por tanto inviertes menos tiempo en darle de comer. Además siempre controlas las cantidades que come el peque.
- Se acabaron las restricciones en el comercio y el bebercio
- No duele.
- Te evitas tener que pelearte con el niño cuando quieras pasarlo de la teta al biberón.

En contra:

- Tienes que preparar la leche antes de las tomas y tenerlo siempre todo bien organizado (con carreras de última hora al súper o la farmacia incluidas).
- La leche carece de anticuerpos, no reproduce la complejidad de la leche materna y es más fácil que produzca gases y estreñimiento.
- Sabe siempre igual.
- Es necesario llevar todo el equipo de biberones, leche, medidas, agua caliente, etc., encima.
- Hay que esterilizar previamente todo el instrumental.
- No te ayuda a recuperarte del embarazo y el parto (todo pasará a depender exclusivamente de tu fuerza de voluntad, y yo no gasto de éso).
- Es muy caro porque debes invertir en leche, bibes, esterilizador y demás.


Aún sopesando muy bien todos los pros y contras, hay que ir con la mente abierta porque a lo mejor la experiencia, tu cuerpo o tu bebé te marcan un camino por el que tú en principio no habías optado y se te trastocan los planes. Yo tengo claro que sea como sea, cualquiera de las opciones es válida y la cachorrina se criaría perfectamente tanto con una como con otra, pero, si nada me lo impide, yo le daré el pecho al menos los 6 primeros meses. Me apetece mucho pasar por esa experiencia, me considero muy poca cosa para contradecir a la madre naturaleza y, además, después de lo de las sillas, no me veo con fuerzas para enfrentarme a la eleccion de biberones. Pero como dice el Cangués, ya lo veremos sobre la marcha...

Y vosotras qué preferís, ¿lactancia materna o artificial?


Fotos vía Pinterest

lunes, 25 de marzo de 2013

La prueba del azúcar

A estas alturas del embarazo, entre mediado el quinto mes y el sexto, a todas las embarazadas nos toca hacernos la prueba del azúcar, también conocido como test de O'Sullivan, para comprobar cómo metaboliza tu cuerpo la glucosa durante el embarazo y diagnosticar una posible diabetes gestacional. Porque, aunque no sé si lo había mencionado dentro de los tropecientos efectos del embarazo, también es posible que el estado de buena esperanza te provoque diabetes, que habría que controlar con dieta e incluso inyecciones de insulina si la cosa es más grave. (Pero no preocuparse que después del parto se supone que tu cuerpo vuelve a su ser y, por tanto, a funcionar igual que antes, desapareciendo la diabetes.)


El test de O'Sullivan es una prueba ambulatoria que te realizan en tu centro de salud a primera hora de la mañana y en ayunas. A mí me dijeron que debía estar entre las 8 y las 8:15 de la mañana en el ambulatorio, y allí estaba como un clavo, más obediente... Y sin desayunar. Oye, ni que regalaran algo por hacerte la prueba, no había ni dónde sentarse. Allí había como 40 embarazadas dispuestas a hacerse el test (está claro que esta crisis nos trae un babyboom en toda regla). En vista del overbooking, tienes que coger número como en la charcutería y esperar que te toque. Una vez dentro, debes entregar una prueba de orina y te dan para beber un mejunje de color naranja que viene en una botella que pone "Bebida de glucosa" y que empalaga como si te hicieran comerte hasta los cimientos de la casita de Hansel y Gretel. Que digo yo, si resulta que efectivamente metabolizas mal el azúcar, con ese brebaje te inducen directamente un coma diabético. De hecho había tres futuras mamis tumbadas en camillas y queriéndose de morir entre mareos, vómitos y ascos varios tras beberlo.


Debes tomarte el brebaje en pocos minutos y después te mandan a la sala de espera a sentarte sin moverte (no te dejan ni ir a hacer pis, que vi como reñían a una premamá) durante una hora entera de reloj, tras la cual entras y te sacan sangre --lo que les gusta sacar sangre a una embarazada, oiga, como para hacer morcillas--, para comprobar tu nivel de azúcar en sangre (nivel de glucemia basal, creo que lo llaman ellos). Si el nivel da por encima del 1,40 g/l, debes volver a hacerte otra prueba, la curva del azúcar, para confirmar la posible diabetes gestacional.

A mí los resultados todavía no me los dieron porque tardan unos 20 días y se los envían directamente a la matrona, que será quien me diga si apruebo o no.  Si suspendo, me tocará dieta, más pinchazos y quién sabe que más, así que cruzo los dedos. Eso sí, soy optimista porque me porté muy bien: me tomé el mejunje sin vomitar y casi sin asco y no noté cambios en mi cuerpo, ni mareos ni malestar, si acaso movimientos extra de la cachorrina que estaría diciendo que menuda porquería le estaba haciendo tomar.


¡Hasta el próximo post!

jueves, 21 de marzo de 2013

Mi esófago y yo


Una vez que ya te encuentras en mitad del embarazo desaparecen las molestias iniciales que te acompañaron durante los primeros meses: las náuseas, los vómitos, el sueño que te mantiene en un estado semicomatoso permanente, la sensibilidad en el pecho, hormonas en revolución permanente… Peeeero, pasada esa primera etapa –muy benevolente conmigo, que sólo tuve sueño y amodorramiento--, llegas a la siguiente, en la que la tripa empieza a crecer por minutos con el consiguiente nuevo repertorio de molestias torturadoras, véase, indigestión, cólicos, migraña, estreñimiento (en ocasiones con hemorroides incorporadas), varices, acidez de estómago, retención de líquidos, dolor de espalda, piernas y pies hinchados… ¡Ay!¡Qué guapo ye esto del embarazo!

Yo, nuevamente, no me puedo quejar mucho porque salvo algún día de migraña pasada así a pelo, el dolor de espalda (inevitable, me temo) y una indigestión con cólicos incluidos por comer ternasco aragonés, lo único que de verdad me está visitando día sí, día también es la acidez. Bastante desagradable, debo decir. A mí, que nunca la había padecido, ahora me da ardor de estómago hasta el agua mineral.



Así que aquí estoy, tratando de buscar remedio o alivio a este castigo. Como suele darme más por la tarde-noche, cuando llego a casa con mis ardores lo único que me apetece es leche, que no sé si sirve para aliviar o no, pero es lo único que me pide el cuerpo, así que llevo una semana cenando todos los días un tazón de leche con Chocapic (por aquello de meter algo sólido). Y voy aumentando las dosis de leche, como los yonkis. Vamos, que a este paso, cuando nazca Nerea, las dos seremos lactantes.




He estado informándome para ponerle remedio y resulta que entre que el útero desplaza al estómago y le quita sitio y las hormonas (qué raro) relajan los músculos del aparato digestivo, pues será habitual hasta el final del embarazo que los ácidos estomacales campen a sus anchas esófago arriba y abajo y que las digestiones sean lentas y pesadas.

En cuanto a lo que se debe hacer para prevenir y/o aliviar los ardores, los consejos habituales son:
- comer pequeñas cantidades varias veces al día (nada de atracones)
- tomar las verduras cocinadas, no crudas
- evitar los cítricos, los dulces, los fritos, las infusiones y las bebidas con cafeína o gaseosas
- tomar leche fría cuando sientas la acidez (si es que me la pide el cuerpo)
- beber mucho líquido frío entre horas
- dormir lo más incorporada posible y dejando pasar al menos una hora para digerir los alimentos antes de acostarte

Y si nada de esto funciona y la acidez te tortura, pues hay que ir al médico a suplicar que te deje tomar un jarabín o algo que te devuelva las ganas de vivir.

Yo de momento lo llevo bien y aunque molesta, no es grave, así que sigo tomando leche como si no hubiera mañana, y rezando para, al menos, seguir adelantando por la derecha el resto de molestias que os enumeraba al principio. Aunque todo se pasa por tener uno de éstos:



A seguir tan guapos, un besín.

martes, 19 de marzo de 2013

Carta a Nerea (II): El Día del Padre

Querida hija, 

Hoy es 19 de marzo, el Día del Padre. Ahora mismo a lo mejor no te dice nada esta fecha, pero cuando estés por aquí será un día en el que le recordarás a papá lo mucho que le quieres, y le agradecerás que te cuide y te quiera mediante pisapapeles de arcilla deformes, cuadros con tus manitas impregnadas de pintura de dedo o tarjetones de felicitación con lentejas pegadas. Y ¿sabes qué?: le van a encantar, porque es tu padre, y tú eres su cachorrina, y nada de lo que hagas nunca podrá hacer que deje de quererte y cuidarte.


Él jugará contigo, te protegerá cuando tengas miedo, te reconfortará cuando estés malina y te abrazará muy fuerte cuando estés triste. Se alegrará contigo cuando estés contenta y responderá a cada una de tus sonrisas con una todavía mayor. Será tu compañero de aventuras y juegos, incluso cuando quieras jugar a las Barbies y vestirte de princesa --estoy deseando verle pintarte las uñas de rosa y purpurina y ponerle voz a tu Nancy, (tú pídeselo, ya verás que bien lo vamos a pasar)--; correrá contigo (y detrás de ti), te "echará al hombro" y se rebozará contigo en la playa. Te enseñará a dar patadas a un balón, a usar la raqueta de tenis, a andar en bici y a subirte a los árboles. También a revolcarte por el prao hasta llenarte de verdín y ponerme muy contenta a mí cuando tengamos que tirar el vestido nuevo.

Será tu cómplice y tu héroe. Querrás que te coja en cuello porque en ninguna parte te sentirás tan segura como en sus brazos y te parecerá que no hay nada en el mundo que tu padre no pueda conseguir. Y cuando crezcas, le pedirás que te ayude con los deberes y que te enseñe a dar patadas voladoras, como el sabe, para defenderte en el patio o zurrar al niño que te gusta; y  que vaya a verte a las funciones del cole orgullosísimo, cual madre de la Pantoja, aunque sólo seas parte del atrezzo. 


Más tarde le harás sufrir cuando empieces a salir con las amigas y echarte novios, y tendrás que ponerle ojinos, negociar y darle muchos mimos para que te deje salir de casa sola antes de los treinta, porque te digo que ya está pensando en ponerte un pastor...

Debo decirte que yo nunca me he considerado una persona con una suerte especial, ni buena ni mala, --no es por ser llorica pero de todo me pasa y Murphy me tiene manía--, y puede que no siempre haya tomado las decisiones más correctas en muchas cosas, pero quiero que sepas que si en algo puedo afirmar que he tenido más suerte de la que podía imaginar y que no he podido escoger mejor, es con tu papi. Porque te aseguro que no he conocido un hombre en mi vida que sepa con más seguridad que va a ser un padre increíble. Ya lo verás, ¡vaya ojo que tengo!


Como tú estás todavía en modo cigoto, este año aprovecho este nuestro blog para felicitarle yo su Primer Día del Padre y decirle que ya estoy orgullosa de la persona que es y del papá que va a ser.

Y también quiero felicitar desde aquí a tu güelito Jose, que ha sido para mí y para tu tía Eva todo lo que te contaba y más: ¡Felicidades papá y gracias por todo! ¡Te queremos!




Bueno, ya me despido por hoy que con las hormonas estoy fatal de lo mío, otro día seguimos hablando. Tú sigue con lo que quiera que estés haciendo ahí, pero por favor, reparte más la actividad que me tienes todo el día la barriga deformada porque se ve que te gusta ponerte del lao derecho y no queda bien, a ver si nos centramos. Yo seguiré dándote acomodo unos meses más, supongo que el sitio no será la pera limonera, pero no sé cómo hacer que sea más confortable, no me lo tengas en cuenta.

Un besín, 

Mami que te quiere.


































Fotos vía Pinterest.